sábado, 14 de septiembre de 2024

¿Podré vencer a los celos?

¿Podré vencer a los celos?

Esa es una pregunta que todos nos hacemos. La respuesta es SÍ, pero hay que esforzarse. Todo depende de la gravedad de nuestra situación. Desde pequeños manifestamos celos en diferentes situaciones: con nuestras amistades, en la escuela, en todas partes. Cuando llegan los amores surgen los celos hacia nuestra pareja.



Debemos partir de que en una relación hay aspectos que no se pueden modificar, como por ejemplo, la personalidad de cada uno. Infidelidad y celos son dos factores con los que aprendemos a vivir, y hay alternativas para enfrentarlas: una buena comunicación.

Sentimos celos al pensar que somos “dueños”, “propietarios” de la otra persona, lo que de entrada es un grave error.



Los celos generalmente nos ofrecen temores, inseguridad y expectativas sin fundamento.

En el hombre, el resultado es miedo a la pérdida de la relación, sentimientos de humillación, pensamientos cargados de fantasías tristes y de odio que inundan nuestro cerebro, sentir que estamos haciendo el ridículo ante todos. Es por ello que muchos de nosotros tomamos una actitud hostil con amenazas, regaños, prohibiciones y otras situaciones, donde se revela ¿qué cosa? nuestra inseguridad.

En la mujer, generalmente los celos se manifiestan de otra forma. Existe el temor a ser abandonada, a ser excluida por su pareja. Incluso en ocasiones ella llega a “aceptar” que su pareja tenga alguna que otra correría. Escribí aceptar entre comillas, pues posiblemente esa situación tenga un límite.



Nos olvidamos que cuando dos personas se unen como pareja existe un compromiso a respetar. Si existe desconfianza continuada de una de las partes o de las dos, esa relación pierde su sentido. ¿Qué hacer? Aprender a confiarNo ver fantasmas donde no los hay. Si los celos son un problema muy grande para usted, es recomendable que acuda a recibir una ayuda profesional. Vale la pena.

La infidelidad puede ser el resultado de una crisis de la pareja no resuelta a tiempo. Debemos conocer a nuestra pareja, brindarle amor y satisfacerla sexualmente. También debemos reconocerla y satisfacerla espiritualmente. Debemos evitar que los problemas se acumulen sin ser resueltos. Sobre este asunto también me referiré después.

Muy importante: jamás lograremos nada aplicando la fuerza o la intimidación. Eso no es amor, así no tiene sentido vivir en pareja, pues usted sufre y hace sufrir a su pareja. Si hay hijos, ellos sufrirán también.



El esperar lealtad o fidelidad es una expectativa para la cual no hay remedio. Apegarnos a los valores a los que les damos sentido y respetar que la otra parte pueda coincidir o no es una buena fórmula para no sufrir.

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lunes, 2 de septiembre de 2024

¿Cómo me puede ayudar un sexólogo y cuándo debería acudir?

La sexología se trata de una especialidad que tiene como objetivo conseguir una salud sexual adecuada y que las personas puedan tener una vida sexual satisfactoria y plena, mejorar nuestra calidad de vida y la autoestima.



¿Cuáles son los motivos más frecuentes de consulta en un gabinete de sexología?

Los motivos más habituales son los siguientes:
 

  • Falta de dese sexual.
     
  • La dificultad para conseguir y/o mantener la excitación.
     
  • Falta de orgasmo.
     
  • Incapacidad o dificultad para lograr la erección.
     
  • Eyaculación precoz y eyaculación retardada.
     
  • Dolor en la penetración vaginal.
     
  • Dolor durante las relaciones sexuales.
     
  • Insatisfacción sexual.



¿En qué momento se recomienda acudir a un sexólogo?

Es recomendable acudir a una terapia sexual en el momento en el que una persona, ya sea a título individual, o en el que ambos miembros de una pareja se dan cuenta de que, por algún motivo, sus relaciones sexuales no están siendo satisfactorias. Esto puede deberse a alguna disfunción en concreto, o porque generalmente se siente malestar o incomodidad antes, durante o después de la relación.

 

Generalmente, se recomienda acudir a un sexólogo en el momento en el que vivir o expresar nuestra sexualidad de manera libre y saludable es incómodo.  



¿En personas introvertidas y tímidas, ¿cómo se pueden superar las barreras mentales o los tabúes para acudir a un especialista y solicitar ayuda?

Acudir a un sexólogo es igual que solicitar cita con otra rama de la salud: ginecólogo, dentista, traumatólogo, urólogo, dietista… es normal que se tenga cierta ansiedad e incluso temor, sin embargo, hay que recordar que el especialista ya habrá atendido cientos de casos diferentes y que nuestro “problema” será uno más.

 

En mi práctica profesional no solo atiendo al motivo de la consulta, sino que también tengo en cuenta la dificultad/vergüenza que entraña el hablar de un problema tan íntimo. Suelo decir que a lo largo de mi vida profesional “los he visto de todos los colores” y que sería muy raro que me sorprendieran con algo que aún no haya tratado.

 

Muchos pacientes acuden con la creencia de que lo que les pasa es único, raro y/o vergonzoso y que contar lo que les dificulta tener unas relaciones sexuales satisfactorias puede hacer pensar que el profesional los van ver como “raritos” pero nada más lejano de la realidad.

 

Personalmente empiezo la sesión creando un ambiente de confianza y poco a poco, con tacto y respeto, voy adentrándome en el problema para aportar una explicación a lo que les pasa y de qué modo poder superarla. Podría afirmar que en la práctica totalidad de las personas y parejas que han acudido a mi consulta salen más aliviadas y que una vez superada la primera cita, las citas de seguimiento se realizan sin ningún tipo de temor o ansiedad.


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